Médicos forenses y tanatoestéticos: Diferencias.
Cuando hablamos de tanatoestética, hablamos de la preparación del difunto, y de todos los servicios relacionados con el proceso que finaliza con el entierro o la incineración del fallecido.
Cuando una persona muere, dependiendo de las circunstancias de la muerte, ésta puede ser natural, por una enfermedad, un infarto…. O puede ser violenta, lo que abarca desde una caída hasta una muerte sospechosa de criminalidad. En el caso de muerte violenta, siempre tenemos que realizar el levantamiento del cadáver y la posterior autopsia.
El levantamiento del cadáver lo realiza un miembro del Juzgado, como puede ser el Juez o el Letrado de la Administración de Justicia, el médico forense y el equipo de la Policía Judicial que hayan abierto las diligencias sobre ese caso concreto. Allí, el médico forense hace una primera valoración sobre lo que puede haber sucedido, siempre procurando la menor manipulación posible del fallecido, para proteger las pruebas. También va estimar de forma provisional la hora de la muerte. Este dato lo va precisar más adelante cuando realice la autopsia del cuerpo.
En este segundo paso, el de la autopsia, inicia un proceso que implica diseccionar el cadáver, para poder ver su interior, abriendo una incisión en la cabeza y en el cuerpo, concretamente en cuello, tórax y abdomen. Se analizan los órganos internos del fallecido y se hacen análisis de todo lo que se necesite para determinar la causa de la muerte, análisis toxicológicos, bioquímicos….
Así pues, desde el momento en el que existe una muerte de estas características, interviene el órgano judicial, siendo el Juzgado el que realiza las primeras diligencias y es donde interviene también el médico forense, tanto para levantar el cadáver del lugar donde se ha producido el fallecimiento, como para realizar las pruebas y la autopsia del mismo.
Teniendo en cuenta lo expuesto, podemos decir que el médico forense auxilia a jueces y tribunales en la administración de justicia, y es el encargado de ver el origen y causa de la muerte mediante la práctica de todas las pruebas que sean necesarias para ello.
Entre sus funciones está la de certificar la muerte para poder seguir realizando todos los trámites legales de la muerte, como es inscribir el fallecimiento en el Registro civil… y la de ser un perito, de modo que pueda intervenir en el proceso judicial, si este sigue adelante, testificando como experto en los juicios.
Cuando el médico forense termina su trabajo y el juzgado lo autoriza, comienza el trabajo tanatoestético, empezamos la preparación, acondicionamiento y exposición, siempre que sea posible, del fallecido.
El trabajo tanatoestético pasa ahora a ser fundamental, ya que permite acondicionar al fallecido, para que sus familiares y allegados no noten el proceso por el que ha pasado el cuerpo y lo podamos presentar de la forma más natural posible, permitiendo que se puedan despedir de su ser querido, procurando un clima de naturalidad y serenidad que les ayude a pasar este trance.